Si finalmente has decidido tirar la toalla es que algo no ha funcionado como debía. Es posible que no hayas acompañado la dieta con ejercicio (imprescindible para acelerar la pérdida de kilos, evitar la flacidez y mantener el ánimo bien alto), o que no hayas podido frenar esos pequeños bajones de los que te hablábamos en la página anterior y que el picoteo inoportuno y no saludable se haya convertido en una rutina más. Sea como sea —y seguro que sigues teniendo fe en ti misma — ahora tienes que seguir una nueva estrategia para convertir a tu mente y a tu estómago en tus aliados:
Conocimiento, convencimiento y, por último, motivación:
Recuérdate a ti misma qué tipo de alimentación has llevado estos últimos años y te ha ocasionado el sobrepeso (desequilibrada y a destiempo, excesiva, pobre en vitaminas y minerales y demasiado abundante en platos precocinados...); luego haz u n repaso mental de porqué no te conviene (convencimiento) y, si eres franca contigo misma, la motivación volverá sola. Pero, al igual que decíamos al inicio de estas páginas, no te lo impongas como una carga porque tan solo seguirás unos cuantos días más. Convéncete de que es posible hacer dieta, perder peso y, al mismo tiempo, disfrutar comiendo.
PARA “NO TIRAR LA TOALLA” ...
No le digas a nadie que estás a dieta:
Es justo lo contrario de lo que te diríamos en otro m omento del plan, pero ahora no necesitas echarte más carga y presión sobre tus hombros. Ve cuidándote, por dentro y por fuera, y disfruta (llegado el momento) de los comentarios de quienes te rodean cuando te vean más esbelta y delgada.
Olvídate de las metas a largo plazo:
Borra, de momento, de tu mente los kilos que necesitas perder porque lo verás como un objetivo muy a largo plazo. Fin su lugar, escribe en u n a nota tu meta diaria (o semanal) y pégala en la puerta de la nevera. Decide esa m eta una vez hayas valorado tus posibilidades de esa semana: puede ser “renunciar durante dos o tres días al cruasán de cada mañana y tomar en su lugar un bocadillo”, “beber leche desnatada en lugar de tomarla entera ”, “servirte en el plato únicamente medie ración de carne”.
Ni frustración ni culpabilidad:
Ninguno de estos sentimientos te ayuda a perder peso. Por eso, y sea cual sea tu actitud de las últimas semanas, “haz borrón y cuenta nueva”.
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